jueves, 28 de abril de 2011

POVNIA


Una (así es el nombre de nuestra protagonista) cae -literalmente- en escena. Llega con los recuerdos de su pequeño mundo. Sus últimas pertenencias. Dice ser superviviente de la cadena de catástrofes acaecidas en Povnia, un lugar perdido que podría ubicarse entre Opa y U.R.

Una es, de pronto, un inmigrante involuntario que desconoce el idioma y las reglas del lugar al que llega.  Está lejos de casa, sus amigos no aparecen y no tiene casi nada, salvo problemas.

Pero está viva. Y, aunque parezca que no paran de sucederle calamidades, sin negar lo que perdió, Una se repone siempre.  Acepta, reinventa, reconstruye, reaprende, se aferra a lo que encuentra, se enamora de lo nuevo, descubre en cada cosa, en cada pequeño gesto, en cada mirada, algo que la impulsa hacia adelante.
Povnia habla de las pérdidas y de los encuentros, de la necesidad de contacto, de los impulsos vitales. 

Transita por lo que murió, pero también por lo que nace. Y se queda allí: en lo que se inicia.

Es un espectáculo imprescindible, de esos que a uno lo llenan dentro de la sala y sale con ganas de contarle a todo el mundo lo que sintió. 

Hablar de las destrezas de Lila Monti, como actriz, y clown, sería redundar en cosas que otros medios colegas han escrito. Yo quiero destacar la capacidad de emocionar, de  llevarnos de la risa a la emoción, pasando por evocar recuerdos de amigos de la tierra de uno, viendo a UNA.  Como hoy me decía un amigo: “dan ganas de entrar en el escenario y abrazarla”. Ese es el sentimiento que aparece al ver este genial espectáculo.

Muy Recomendado


Ficha Técnica
Actúa: Lila Monti
Dirección: Guillermo Angelelli, Cristina Martí


EL PORTON DE SANCHEZ  - Sánchez de Bustamante 1034 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4863-2848
Web: http://portondesanchez.blogspot.com/
Entrada: $ 40,00 y $ 30,00 - Sábado - 23:00 hs - Hasta el 29/05/2011

viernes, 22 de abril de 2011

Amor Mito


Estos dos clowns encarnados por Juliana Ramírez Gisbert (Libido) y Santiago Legón (Ramonagletti), cuentan una historia de amor en clave de clown que te la deja picando en el área para que uno vaya digiriendo mientras ríe de cada uno de los delirios por los que atraviesan.

Es un espectáculo que tiene el desafío de mezclar el teatro y su dramaturgia, y el vivo espontáneo del género clown.

La cuarta pared está detrás del público leí el otro día, y Juliana y Santiago cumplieron la consigna.

¡Aplausos!

Muy Recomendada


Ficha Técnica
Dramaturgia: Santiago LegónGeorge LewisJuliana Ramirez Gisbert
Actuan: Santiago LegónJuliana Ramirez Gisbert
Diseño de movimientos: George Lewis
Dirección: Leticia Torres


ACTORS STUDIO TEATRO: Diaz Velez 3842
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4983-9883
 Entrada: $ 40,00 y $ 30,00 - Viernes - 22:30 hs - Hasta el 24/06/2011 

Todos fuimos niños, luego todos fuimos clowns.




Lo que el clown busca (su principal motivación) es ser amado, quiere que el publico lo ame, quiere que sean sus amigos. Siempre intenta parecerse a los demas, pues cree que asi lo aceptaran y lo amaran, es como un niño que quiere ser adulto.

Cuando digo que "todos tenemos un payaso dentro", lo digo despues de haber hecho la siguiente reflexión... "los niños entre 1 y 3 o 4 años son puros payasos y tienen incorporadas de forma natural las principales consignas del clown. Todos fuimos niños, luego todos fuimos clowns. Lo que ocurre es que luego crecemos y empezamos a ponernos mascaras, a edificar muros para protegernos de lo externo, no sea que nos haga daño. Y cuando nos protegemos nos estamos defendiendo, escondemos nuestra vulnerabilidad, y olvidamos en definitiva... aquello que fuimos: inocentes, vulnerables, torpes, curiosos, tiernos, tercos, espontaneos, entusiastas, juguetones, emotivos...

Los niños entre 1 y 3 años son 100% clowns, podemos aprender mucho de ellos, pues tienen el "timing", la ingenuidad y algunas de las mas importantes consignas basicas del clown de forma natural. Desde este punto de vista el clown viene del niño, y les dejo algunos ejemplos:

1- Quieren ser amados por sus padres y en general por el mundo entero (el clown por el publico).
2- Quieren ser como los adultos y tratan de imitarlos (el clown hace lo mismo, desea integrarse e intentara parecerse a la gente "adulta y normal")
3- Son espontáneos y no tienen sentido del ridiculo.
4- Expresan sus emociones a tope y pueden pasar instantaneamente de una a otra.
5- Si un niño de esa edad esta por ejemplo golpeando con un juguete un mueble, parará un momento para mirar a su papa o mama (compartir con el publico), si sus papas se ríen, (exito) eso significa que hay que seguir golpeando el juguete, si no rien (fracaso) hay que golpearlo con mas fuerza o bien buscar otra via, quizás ir a golpear otro mueble, o golpear el mismo mueble con otro juguete. Los niños siempre que hacen algo, miran al adulto para compartir y buscar su complicidad y su actitud despues de mirarlo dependerá de la reacción del adulto.
6- En general, si los retás no se defenderán, a lo sumo lloraran o se sentiran en evidencia, pero seguramente se vengaran mas tarde quizas con su actitud hacia ti, o quizas haciendo una trastada mayor aun. (el clown no se defiende ante un ataque y menos de la autoridad, pero luego puede vengarse)
7- Son tremendamente curiosos y cualquier cosa puede sorprenderlos y alucinarlos (capacidad de asombro).
8- Si les regalas un juguete carisimo pueden sacarlo de la caja, dejarlo a un lado, y pasarse horas jugando con la caja y el envoltorio (el mundo al revés).

En el aprendizaje de clown, uno tiene que desaprender lo aprendido, sacarse unas cuantas máscaras, barreras, y regresar a la niñez para poder ser realmente ingenuo y espontáneo.


martes, 19 de abril de 2011

De chico me aburrían los payasos





Y así es, cuando era chico, me aburrían los payasos.

Recuerdo uno en particular que se había puesto de moda por los 80's en el Perú. Zapatón se llamaba. El tipo iba a todos los cumpleaños a animarlos vestido con colores estridentes, y con una trompeta, con la que tocaba algunas canciones y cantaba.

Mi reacción siempre era la misma: Aburrimiento.

¿Por qué me aburría?

Por un montón de cosas, pero principalmente una: Zapatón se hacía el divertido y no lo era. Actuaba un tipo divertido concentrado en su rutina, pero no se divertía, parecía tener previsto cada movimiento, siendo poco espontáneo, y sincero con quienes oficiábamos de público.

Todo esto me provocó una especie de Trauma en mi infancia y pasaron varios años para que pudiera volver a acercarme a un payaso y no sentirme estafado.

Un día, en eso de ponernos al día entre amigos, uno de ellos me dijo que había empezado un curso de clown para desestresarse... Y recuerdo que le pregunté con bastante prejuicio: ¿Qué es un clown?

Y mi amigo muy inteligente y con pocas palabras me lo resumió: Es el niño que todos llevamos dentro, que no tiene tabúes, que disfruta jugando y que quiere ser como los adultos aunque nunca pueda conseguirlo. Eso es lo que lo hace divertido.

Con ello derribó mis prejuicios y a partir de ahí empecé a investigar sobre el tema, hasta que me llevó a mi a hacer un curso de clown que empecé hace pocos meses.

Todos fuimos niños, luego todos fuimos clowns.